Son un orden de briozoos estenolaemados cercanos a los criptostomados, de los que se diferencian por sus aberturas dispuestas sobre un solo lado de las ramas. Al igual que los trepostomados, algunas formas reticuladas primitivas tienen un esqueleto similar en forma y estructura. Las colonias en su mayoría fenestradas, algunas pocas pinnadas.
Los fenestrados están formados por ramas de sección subtriangular, conectadas transversalmente por unos tabiques o disepimentos que, en su conjunto, forman un zoario reticulado con espacios subrectangulares, las fenestras. En el anverso del zoario, las ramas exhiben dos o más hileras de aberturas; en el primer caso, ambas hileras pueden estar separadas por una carena, espinas, nodos o tubérculos, y estar ornamentadas. El reverso del zoario puede exhibir costillas, estrías, nodos, tubérculos o pústulas, con prolongaciones que fijan la colonia al sustrato. Los zoarios fenestrados crecen a partir de un anillo de zoecios cuyas ramas se desarrollan hacia arriba para luego bifurcarse a intervalos regulares, de modo que las colonias pueden ser infundibuliformes o flabeliformes. Los zoarios pinnados, en cambio, están constituidos por una rama principal y otras secundarias o laterales, que divergen oblicuamente desde la principal. Las ramas laterales pueden comunicarse entre sí a través de disepimentos. En el anverso hay dos o más hileras de aberturas zoeciales y el reverso es liso u ornamentado. Las hileras de aberturas pueden estar separadas por costillas o carenas con nodos o espinas en su interior.
Esqueleto extrazooidal de tipo hialino o hialino y laminado en el reverso de la colonia y en el anverso, entre las aberturas zoeciales. Autozoecios cortos; hemiseptos presentes, a veces sin diafragmas, con estilos proyectados a través del tejido extrazooidal. Son los únicos briozoos que pueden mostrar aberturas tabicadas, con peristoma u operculadas. De entre sus polimorfos destacan los gonozoecios y nanozoecios.
Los fenestrados aparecen en el Ordovícico y alcanzan su máxima diversidad en el Mississipiense. Tras la extinción de finales del Pérmico, solo sobreviven unos pocos géneros que terminan por desaparecer en el Triásico.