Información general de la Subclase Coleoidea
Anatomía
El cuerpo de los cefalópodos modernos puede dividirse en dos partes: la anterior llamada cefalopodio, que consta de la cabeza, de una corona de apéndices móviles y del sifón; y la posterior o visceropáleos, que consiste en un saco muscular o manto, en cuyo interior se alojan las branquias y las vísceras; el espacio vacío que dejan estas se denominan cavidad paleal. Una constricción nucal separa ambas partes, cabeza y manto, pero la región occipital puede existir una fusión debido a la presencia de un cartílago nucal que une cabeza y manto.
Los belemnoideos eran en su exterior similares a un calamar moderno. Tenían diez brazos de igual longitud todos con pequeños ganchos curvos hacia adentro que utilizaban para agarrar sus presas. Los ganchos rara vez eran más grandes que 5 mm, y aumentaban de tamaño hacia la sección media del brazo. Con dos filas de ganchos que cubren todo el brazo, un belemnites podría haber tenido entre 100 y 800 ganchos en total. Sin embargo, no poseían el par de tentáculos especializados que poseen los calamares modernos, ni ventosas sobre brazos ni tentáculos.
La diferencia principal con los calamares modernos se encuentra en la composición del esqueleto interno, el cono belemnítico. Este está compuesto del proóstraco, con forma de lengua y que probablemente sostenía las partes blandas; el fragmocono cónico con cámaras implicadas en la flotabilidad; y el rostro, una estructura sólida en la parte posterior de esos animales. Por lo general el rostro tenía forma de bala y se proyectaba en forma prominente hacia atrás. Es una pieza maciza de calcita, con microestructura prismática, que se prolonga des del fragmocono (aragonítico). La función del denso rostro probablemente era de contrarrestar el peso de las partes blandas en la cavidad del manto cerca de los brazos en el extremo opuesto del animal. También podría haber servido de soporte para un par de aletas grandes. A causa de que la calcita posee una constitución geológicamente más estable, a menudo el rostro es el único resto que se ha preservado de estos animales, a menudo en grandes cantidades en una zona determinada.
Los belemnites tenían una rádula incrustada en la masa bucal, la primera parte del sistema digestivo de gasterópodos, similar a los cefalópodos depredadores de océano abierto. La rádula tenía hileras de siete dientes, consistentes con los modernos calamares depredadores. Los estatocistos, que dan una sensación de equilibrio y funcionan de manera muy similar a la cóclea del oído, eran grandes, muy parecidos a los calamares modernos de rápido movimiento. Al igual que otros cefalópodos, la piel probablemente era delgada y resbaladiza. Los globos oculares probablemente eran más gruesos, más fuertes y convexos que en otros cefalópodos.
La cavidad del manto servía para contener las branquias, las gónadas y otros órganos. Además, el agua se extraía y se expulsaba de la cavidad del manto a través de un tubo que se abre cerca de los brazos del animal, el hiponoma, para propulsión a chorro.