La Colección Paleontológica Virtual de la Univesritat de València
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Tafonomía

Tafonomía

La Tafonomía (del griego «τάφος» taphos, enterramiento, y «νόμος» nomos, ley) es la parte de la paleontología que estudia los procesos de fosilización y la formación de los yacimientos de fósiles.  El término tafonomía fue introducido por el paleontólogo ruso Iván Efremov en 1940 para describir el estudio de la incorporación de restos, señales o productos de organismos de la biosfera a la litosfera. Por lo tanto, la tafonomía estudia los fenómenos que actúan y actuaron en la formación de los fósiles, desde la muerte de los individuos, o producción de los restos, hasta su hallazgo. Incluye numerosos procesos tales como la descomposición, desarticulación, bioerosión, corrosión, abrasión y otros, así como los que suceden después del enterramiento de los restos, como mineralizaciones, disoluciones, deformaciones o roturas. Es importante resaltar, que los fósiles que podemos encontrar en un estrato no tienen por qué provenir de organismos que vivieron juntos, que compartieron el mismo ambiente e interactuaron, ni siquiera ser de la misma edad geológica. Los estudios tafonómicos nos pueden permitir analizar la historia y procedencia de los diferentes elementos de una asociación fósil y comprender su origen, permitiéndonos evaluar qué tipo de información podemos obtener de su estudio y hasta donde podemos profundizar en nuestras interpretaciones.

Los procesos tafonómicos se pueden agrupan en dos fases. La primera es la Fase Bioestratinomía o Biostratinómica, que contempla a aquellos procesos que dan lugar a la producción o acumulación de restos o señales en el medio ambiente externo, previos al enterramiento. Incluye los procesos de descomposición, desarticulación, fragmentación, alteración, carroñeo, colonización, necrocinesis (transporte desde la producción del resto previa a su acumulación), resedimentación (transporte lateral), etc. Durante esta fase se producirá habitualmente la mayor pérdida de información en el registro fósil, ya que los organismos disponen de un elevado porcentaje de materia orgánica blanda que se descompone fácilmente tras la muerte y que solamente se conserva cuando se producen situaciones excepcionales. Además, no podemos obviar que al morir un organismo éste se integra en la red trófica y puede convertirse en alimento para otros animales, hongos o bacterias, produciéndose una elevada pérdida de información biológica. Por último, es importante hacer notar, que esta fase puede no tener lugar, como en el caso de organismos infaunales que pasan toda o parte de su vida enterrados, y que por tanto pueden fallecer o dejar señales de su actividad ya incorporados al sustrato.

La segunda fase se denomina Fosildiagénesis o fase fosildiagenética, que hace referencia a los procesos posteriores al enterramiento. Durante este proceso se producirá la conservación diferencial, que comprende los agentes, procesos y transformaciones que intervienen sobre la materia orgánica durante el periodo de enterramiento. Estos procesos pueden ser también destructivos, al igual que en los bioestratinómicos. Entre los numerosos procesos encontramos los fenómenos de descomposición (continuación de la fase anterior), cementación, disolución, relleno, permineralización, deformación (por simple compactación de los sedimentos o por acción tectónica), reelaboración (ciclos de exhumación del fósil o subfósil y nuevos enterramientos), etc. Todos estos procesos dependerán de distintas variables como la acción de animales cavadores, microorganismos que viven bajo tierra, los componentes químicos del subsuelo, la influencia de flujos hidráulicos, etc. Durante esta fase los fósiles pueden desaparecer por completo o “multiplicarse” (una concha de molusco puede proporcionar calcos y moldes internos y externos); además los procesos de mineralización pueden favorecer la conservabilidad de un resto frágil en origen.


Esquema simplificado de los diferentes estados de conservación tafonómica.

Esta compleja subdisciplina, junto a la Paleobiología y la Biocronología, representa una de las tres divisiones específicas de la paleontología, la cual hay que tenerla muy en cuenta antes de realizar cualquier interpretación sobre el registro fósil.