La Colección Paleontológica Virtual de la Univesritat de València
Paleo3d

Tafonomía – Clase Trilobita

Información general de la clase Trilobita

El potencial de fosilización de los trilobites tiene que ver con la presencia de un exoesqueleto mineralizado que recubría la región dorsal, el margen periférico de la región ventral, el rostro y el hipostoma. En contraposición, la región ventral y los apéndices no estaban calcificados y por tanto su preservación sólo ocurre en condiciones excepcionales.

Gracias a las numerosas mudas periódicas de su exoesqueleto, el registro fósil del grupo es muy abundante en aquellas facies que les son propicias. Sin embargo, esto también es la causa de que el material fósil hallado sea muy fragmentario y que, los individuos completos no sean tan comunes. Es frecuente encontrar las diferentes partes del cefalón por separado, esto es, cranidio, librígenas, hipostoma y rostro; así como el tórax (o algunos de sus segmentos) y pigidio. Los restos se suelen encontrar conservados como moldes internos, externos, e incluso conservar el caparazón original calcítico o transformado en otros minerales como la pirita.

También es común encontrar los rastros que los trilobites dejaron en su desplazamiento por el fondo marino. Las condiciones necesarias para la preservación de estos rastros son opuestas a las necesarias para la preservación del trilobite, razón por lo cual las pistas fósiles raramente suelen preservarse junto al organismo que las produjo. Uno de los icnofósiles más típico es el género Cruziana. Se trata de una pista bilobulada de anchura y longitud variables que en ocasiones se entrecruza con otras o se vuelve sobre sí misma. Ambos lóbulos presentan una serie de estrías en forma de V realizadas por los endopoditos, cuya parte abierta indica la dirección de desplazamiento del animal. Además, otros elementos de los apéndices o del exoesqueleto pudieron dejar sus marcas en función de las características del sustrato y la velocidad con la que el animal realizó los surcos, esto es la parte distal de las pleuras, los exopoditos o las coxas. Estas pistas fósiles tienden a conservarse en rocas detríticas como areniscas en forma de contramoldes. En el proceso de formación de las cruzianas, el rastro dejado por el trilobite durante su desplazamiento por el fondo fangoso, podía recubrirse con rapidez por una capa de arena fina y homogénea. Tras el proceso de litogénesis de ambos sedimentos, la roca arenisca es más resistente a la erosión que la lutita. La erosión diferencial de ambos materiales lleva a la desaparición de la lutita y la conservación de las crucianas en la base de niveles de areniscas como moldes en relieve inverso al trazo original producido por el organismo (contramoldes). Otro icnogénero muy común es Rusophycus, que se ha interpretado como una marca de reposo. Rusophycus se corresponde con un trazo corto, bilobulado y de morfología oval, cuyo contorno corresponde aproximadamente con el del animal que lo generó. Además, también presenta estrías similares a las del género Cruziana. Otros rastros fosilizados que los trilobites dejaban en el fondo marino en su desplazamiento se corresponde con hileras paralelas de puntos ocasionadas por los exopoditos como Protichnites.


Principales órdenes de Trilobita