Anatomía de la clase Hexactinellida
Al contrario que el resto de poríferos, los hexactinellidos carecen de pinacodermo, por lo que todas las cavidades expuestas al agua están recubiertas por el sincicio, una membrana reticular a través de la cual asoman largas espículas silíceas. Dicha membrana, dispuesta directamente sobre el mesénquima, tapiza las paredes de las cámaras flageladas. No hay coanocitos como tales, sino unas células flageladas que surgen como nodos de la membrana reticular.
Las espículas, exclusivamente silíceas, son triaxonas y hexactinas en ángulos rectos. Cuentan también con microescleritos que pueden ser anfidiscos (un eje con extremidades expandidas) y ásteres (con forma de estrella). El esqueleto es más rígido que el de las calcáreas debido a las uniones entre las espículas, cuyas conexiones pueden ser tipo lissacino, con los extremos de los radios paralelos con un mínimo contacto, y dictionino, en el que los radios se fusionan por sus extremos.
Las esponjas más abisales desarrollan un mechón de raíces espiculares, llamado prostalia basal, que les sirven para adherirse al sustrato fangoso del fondo.